Vaya cuento tiene el pato



‘Un nervio lo embiste en la zona de la nuca’ Gonzalo Hermo.

He elegido ser Dios
 en la dicotomía entre pato y cisne.

Un cisne arrastra 
la condena del cuello encorvado, contemplando
con ojos de gorrión la revelación desplazada del agua:
cisnes multiplican cisnes. Se dicen ‘Tú eres, tú eres’.


Él también lo sabe, no hay belleza posible,
solo sequía, para el que con alas mugrientas 
espera a través de un invierno los gemidos
de la penetración del agua en la tierra,
para poder nadar un rato.

Dios, haz que ocurra el milagro del agua.

Hágase la revelación de la lluvia en la concesión del rezo

y déjele un charco al ave.

Si el pato nadase,
Si contemplase su reflejo de cisne con el cuello encorvado
y un nervio le embistiera en la zona de la nuca,
y picotease su imagen saciando el pico de sed
cuando en realidad
el pato tan solo tenía hambre.

Por eso, solo Dios, por eso.
En la dicotomía entre pato y cisne:
prefiero ser la lluvia que llena los pantanos de espejos.

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